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PROFESIÓN MONÁSTICA
ESTABILIDAD
En el monacato anterior a San Benito, ya era conocida, no sólo en cuanto a la perseverancia en la vida monástica, sino también en la permanencia en el monasterio donde la habían abrazado.
En la estabilidad benedictina se distinguen tres modalidades:
1ª.- estabilidad fundamental que exige perseverar hasta la muerte en la vida monástica.
2ª.- estabilidad material que exige vivir la vida monástica dentro del monasterio.
3ª.- estabilidad formal por la que el monje queda incorporado y ligado voluntariamente a la Comunidad.
La estabilidad que S. Benito exige a sus monjes es interpretada en el sentido de estabilidad local (Prol. 50. 4, 78. 58, 17).
A pesar de esto, es admirable la magnanimidad de San Benito para con los culpables de inestabilidad. (Reg. 29).
CONVERSIÓN DE COSTUMBRES
Es decir, cambio a una vida propia de monje, vivida en la convivencia, en comunidad, es la vida cenobítica, opuesta a la del ermitaño que vive solo.
San Benito tiene presente el modelo de la primitiva Iglesia de Cristo: "Tenían un solo corazón y una sola alma" (Hech. 4,32).
Es por la caridad que el monasterio revela su estabilidad y calor de familia.
OBEDIENCIA
De los tres votos comunes a cuantos profesan la vida religiosa, es el de obediencia el único que figura explícitamente en la Regla; los otros dos se consideran incluidos en la Conversión de costumbres.
Esta promesa de la obediencia es más exigente que la pobreza y castidad, puesto que inmola lo más íntimo y elevado que existe en el hombre: la libre disposición de su voluntad (Prol. 2-3) Es el mejor medio de renuncia que llevará al monje a su configuración con Cristo hecho obediente (Reg. 7,34).
Estas tres promesas exigidas al monje en su consagración no tienen un sentido tan definido como los votos de otras órdenes o congregaciones religiosas. No son las tres únicas cosas que promete el monje sino que en ellas se incluye implícitamente la observancia de toda la Regla: Con ellas San Benito
quiere que su monje se aparte de otras formas de vida, y de las desviaciones de aquellos monjes que él describe en el C. Iº de la Regla.