El 17 de septiembre celebramos con alegría la fiesta de nuestra Congregación de monjas benedictinas (aprobada por la Santa Sede el 5 de diciembre de 2019). Os damos a conocer lo más significativo de la vida de Santa Hildegarda:

Fue la décima hija del matrimonio de la nobleza local, Hildeberto y Matilde, nacida en Bermersheim, cerca de Maguncia, en el año 1098. Cuando contaba ocho años fue ofrecida a Dios para la vida espiritual, educándose en la humildad y la inocencia, e instruyéndose en el salterio, aprendiendo a gozar de la Sagrada Escritura y del canto gregoriano. Cuando cumplió catorce años se enclaustró en el monasterio de monjes benedictinos de Disibodenberg; hacia el año 1150 se trasladó a Rupertsberg con unas veinte monjas donde fundó un monasterio, del cual se convirtió en abadesa. En él concluyó su primer libro, llamado Scivias (Conoce los caminos), que contiene la pieza musical-teatral Ordo virtutum, sobre el diálogo de las virtudes y el alma; también son de destacar entre sus obras Physica sobre ciencias naturales, Cause et cure sobre medicina holística y composiciones musicales de obras místicas (en especial sus Kyries). Conocida como la sibila del Rin y la profetisa teutónica, murió el 17 de septiembre de 1179. Las crónicas hagiográficas cuentan que a la hora de su muerte aparecieron dos arcos muy brillantes y de diferentes colores que formaban una cruz en el cielo.

El papa Benedicto XVI le otorgó el título de doctora de la Iglesia el 7 de octubre de 2012.


Pedimos en este día que su gloriosa intercesión ayude a la Iglesia, apoyada en su doctrina, a ver el mundo como una sinfonía de Vida, de Luz y de Belleza.

«CUIDA LA VIDA DONDE LA ENCUENTRES» (Santa Hildegarda de Bingen)