¡Alégrate y goza hija de Sión, mira que viene tu Dios a habitar en medio de ti! Manteneos siempre despiertos y en pie ante el Hijo del Hombre y salgamos al encuentro de Cristo que viene.

Levantemos nuestra alma al Señor, e instruidos por sus sendas de misericordia y lealtad, nuestra esperanza no será defraudada.