Ante esta imagen de la Virgen Portaitisa (Puerta del Cielo) en la portería, sor Lucía escuchaba, oraba y consolaba en sus sufrimientos y problemas a todas las personas que venían al monasterio.
Iba a cumplir en mayo 90 años y vivió consagrada a Cristo en plenitud de entrega 67 años.
Falleció después de vísperas, y nuestro primer canto en completas fue con el himno:
“Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre
así descansará mi alma segura…”
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